Aguas turbias

Presidente de OSE, ingeniero Milton Machado.

Una investigación de Sala de Redacción reveló que las autoridades de OSE ocultaron a fines de 2013 la aparición sistemática de organismos tóxicos en el agua potable que se distribuyó en Montevideo, brindando información falsa a la población.

Más de 35 informes internos de control de calidad del agua potable hechos por OSE a finales de 2013, a los que accedió SdR, demuestran la presencia de diversas cianobacterias tóxicas en el agua que se distribuyó en Montevideo. Una fuente interna de OSE indicó que las autoridades tenían conocimiento de la situación, pero en declaraciones a la prensa garantizaron la ausencia de microorganismos en el agua. El doctor en Ciencias Biológicas, Luis Aubriot, dijo que las cianobacterias identificadas en los análisis producen toxinas que son perjudiciales para la salud.

Las cianobacterias identificadas en las muestras tomadas entre agosto y diciembre de 2013 en diversas zonas, entre ellas en el Cerrito de la Victoria, Colón y  el Cerro, son Pseudanabaena, Chroococcales, Oscillatoriales, Planktothrix y Raphidiopsis.

“Todas las Pseudanabaenas son productoras de Microcistina, que es una hepatotoxina que produce sangrado hepático y daño al hígado”, explicó Aubriot. La fuente interna de OSE, especializada en el tema, señaló que además de las cianobacterias mencionadas en algunos informes se encuentran Nemátodos, denominados también gusanos redondos, de los que no se identifica la especie y pueden ser o no peligrosos para la salud. Además, enfatizó que este tipo de organismos no deben salir de la planta de potabilización, hecho constatado en varios análisis.

El doctor en Ciencias Biológicas que sigue de cerca el tema de la contaminación del agua desde hace años confesó que nunca había visto informes que revelaran la presencia de este tipo de organismos y que por tratarse de agua pronta para el consumo no deberían aparecer en ninguna medida. Aclaró que si bien no existen estudios que puedan confirmar los efectos de este tipo de toxinas a largo plazo, está comprobado que las hepatotoxinas “provocan lesiones, y eso es acumulativo y puede generar problemas”.

El catedrático manifestó que la liberación de sustancias tóxicas al agua es uno de los problemas más serios que pueden presentarse cuando hay cianobacterias en el proceso de potabilización. Según explicó, si durante este proceso hay una importante cantidad de organismos, la “precipitación de partículas en suspensión, incluidas las cianobacterias, generará la rotura celular y a partir de ahí pasarán las sustancias tóxicas (toxinas) al agua”.

Si bien la cantidad de organismos encontrados en los informes no representa un riesgo inmediato para la salud, “hay estadísticas de otros países comparando poblaciones que toman agua subterránea (sin bacterias tóxicas) y agua superficial, y se ven diferencias a nivel de cáncer de hígado, por ejemplo”, indicó Aubriot.

En una de las etapas del proceso de potabilización, el agua es sometida a ciertas cantidades de cloro con la finalidad de eliminar los organismos que pueden haber pasado a través de las etapas anteriores. Si estos organismos son cianobacterias, el cloro generará que liberen al agua todas las toxinas que tienen adentro. Por lo tanto, el cloro que las mata también hace que liberen las toxinas. “La recloración es peligrosa porque la célula explota y libera la toxina”, declaró la fuente de OSE, y aclaró que todos los informes son retroactivos, ya que los resultados de las muestras tomadas tardan varios días, mientras el agua sigue circulando.

En los análisis obtenidos se identifica claramente la presencia de organismos tóxicos, pero “no se aclara la cantidad detectada, salvo en un sólo lugar”, dijo Aubriot, y precisó que en algún momento los valores detectados pueden ser más grandes teniendo en cuenta las etapas de sequía. Al respecto, la fuente de OSE aclaró que los momentos más complejos son “en verano,  porque la sequía, la temperatura y el poco viento son propicios para que crezcan estos organismos”, e indicó que “si bien se tomaban muestras del agua del río, es complicado parar el proceso de potabilización una vez que empezó”.

Además, en los informes se establece la presencia de organismos “no identificados”. Al respecto, el catedrático señaló que “quizás no los pueden identificar, pero saben que son cianobacterias”, e indicó que señalarlos como “no identificados” es una manera de corregir los valores.

¿Qué me decís?

El presidente de OSE, Milton Machado, afirmó en El País el 19 de marzo de 2015 que “nunca han pasado al agua cianobacterias tóxicas”. Pero Aubriot remarcó que los informes demuestran la existencia de bacterias luego de la potabilización, y la fuente de OSE subrayó que “el agua salía con algas tóxicas, y esa agua circuló en Montevideo. Presencia de cianobacterias había”.

La fuente interna de la empresa estatal señaló que  “había cosas que no podían estar pasando, sobre todo el mantenimiento de la planta”, y remarcó que “se podría haber advertido a la población, o al menos no negar rotundamente, diciendo que no había cianobacterias, porque sí las había”. Además, indicó que los análisis encontraron cianobacterias en el agua “no una vez, ni en casos excepcionales. Esto pasó muchas veces, sistemáticamente”. Los documentos en poder de SdR confirman esa aseveración.

Machado también declaró el 23 de mayo de 2013 a El País que “no se han detectado nunca algún tipo de toxinas nocivas para la salud”, pero la normativa interna de OSE indica que  “el análisis hidrobiológico cualicuantitativo permite la identificación y recuento de cianobacterias, pero no mide la toxicidad que puedan llegar a producir estas algas”. La fuente dentro de la empresa estatal aclaró que en ese momento no se hacían análisis en busca de toxinas.

Como testimonio personal de la gravedad de la situación, confesó que en vista de que “desde OSE había preocupación pero nadie tomaba una medida” decidió no tomar más agua de la canilla y recomendar a sus allegados que tampoco lo hicieran.

Informes reveladores

Hay más de 35 informes en poder de SdR que demuestran la aparición sistemática de cianobacterias en el agua potable que circulaba en Montevideo. Uno de ellos, fechado el 26 de setiembre de 2013, es una muestra tomada del Recalque del Cerro, en la intersección de calle Holanda y Bogotá. La muestra dio como resultado que un 89 por ciento del total de los organismos detectados estaba compuesto por cianobacterias, todas relacionadas con la Microcistina.

Otro de los análisis, del 19 de setiembre del mismo año, confirmaba la presencia de Raphidiopsis, Pseudanabaena, Plankthothrix y Oscillatoriales, alcanzando entre un 23 y un 62 por ciento de la muestra total. Además se observaron Nemátodos (gusanos). Las muestras para estos informes fueron tomadas del Recalque Melilla y de la Caseta de Bombeo en el punto 45.

Otro informe de OSE, de setiembre del mismo año, demuestra la presencia de gusanos Nemátodos en el “Tanque Cerrito”, y uno del 28 de octubre revela la presencia de “larvas de Quironómidos”, insectos parecidos a los mosquitos que se caracterizan por estar presentes en agua estancada; las larvas aparecieron en dos puntos de muestreo.

Un estudio del agua del 10 de diciembre de 2013 mostraba la presencia de “colonias de Chroococcales” y filamentos de Oscillatoriales, en una muestra tomada poscloración. Otro del 16 de diciembre del mismo año demostraba la presencia de Pseudanabaena en el “Tanque Cerrito”, una cianobacteria de toxicidad aguda (por exposición) y crónica (por consumo), según la investigación del Instituto Politécnico Nacional, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas de México.

Según la página web de OSE, el agua de los tanques se “distribuye a toda la ciudad”, y la fuente interna de la empresa aclaró que “en los tanques donde OSE acumula el agua, si el mantenimiento no es correcto, o si entra luz u oxígeno, puede generarse una colonia.  En esos casos se produce una condición ideal porque el agua está estancada”. Aclaró que “después de ahí lo único que pueden hacer es reclorarla, lo que en algunos casos sería hasta peor porque hace que explote la célula y libere la toxina”.

Alerta temprana

La Facultad de Ciencias y OSE trabajan en conjunto para implementar un sistema de alerta temprana sobre la presencia de algas tóxicas en el cauce del río Santa Lucía. Aubriot, que trabaja en el marco de este convenio, indicó que “desde que empezamos a trabajar con ellos hicimos un muestreo después de una gran inundación y no encontramos grandes cantidades de cianobacterias”, aunque “a medida que disminuye el caudal crece la posibilidad de que crezcan estos organismos”, comprometiendo la calidad del agua durante las sequías.

Según el experto, la cianobacteria Microcystis es muy común en el Río Negro (*) y ha provocado enfermedades importantes en el ganado, incluso muerte de ovejas en la zona donde van a abrevar a la orilla. Esto es efecto del viento, que acumula las algas en las zonas de menos profundidad y sobre las orillas, comprometiendo el área de abrevaje. De todas formas, el riesgo real aparece junto a la concentración de organismos, ya que individualmente producen una cantidad muy baja de toxinas.

Atrazina

Uno de los informes obtenidos demuestra la presencia de Atrazina en agua bruta. Este compuesto orgánico, tóxico para los humanos, es producto derivado de los pesticidas que se utilizan en los cultivos y que llegan hasta el agua a través de la lluvia, que lava los campos. Aubriot indicó que si bien los números registrados están dentro de lo permitido, “lo interesante es ver cuándo se aplica el pesticida, buscar su punto máximo”, ya que se puede disparar la cifra si inmediatamente después de una fumigación se da una lluvia importante. El informe que señala la presencia de este componente tóxico concluyó que el agua no estaba apta para ser potabilizada.

(*) En un  principio, el texto afirmaba: “Según el experto, la Pseudanabaena es muy común en el Río Negro”. La redacción actual establece qué cianobacteria está presente en el cauce del río.

Christian Acosta