La razón de los tecnócratas

Reunión de la Comisión del Acuífero Guaraní, Salto, 26 de setiembre de 2013.

Avanzando un paso más en el vaciamiento de la reforma constitucional del agua, atribuyen a la sociedad civil y entidades que la representan la inoperancia de las instancias de participación social previstas en el plebiscito de 2004.

Víctor L. Bacchetta

En un coloquio sobre Políticas climáticas: Desafíos y perspectivas co-organizado por el Instituto SARAS (South American Institute for Resilience and Sustainability) y la Fundación Konrad Adenauer, el 13 de setiembre, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar, la doctora Cristina Zurbriggen realizó unas sorprendentes declaraciones sobre la postura de la sociedad civil en las instancias de participación pública.

Cristina Zurbriggen

«Me impactó la sociedad uruguaya en cuanto a los grupos ambientalistas. La demanda era: estado regule, estado haga. No era: yo participo, yo cambio algo. Era una demanda permanente. La sociedad más activista ambientalista estaba reclamando que el estado regulara, no estaba planteando una propuesta», dijo Zurbriggen, docente del Instituto de Ciencia Política e integrante del Consejo Asesor de SARAS.

«Tanto es así que después del plebiscito se generó un espacio participativo que no funcionó porque la sociedad civil está acostumbrada a la lógica no del diálogo, no de la construcción, sino de la demanda, es el estado el que me tiene que resolver los problemas», agregó la académica haciendo referencia al plebiscito nacional de 2004 que introdujo la enmienda sobre el agua en el Artículo 47 de la Constitución.

Las declaraciones de Zurbriggen sorprenden porque provienen de un desconocimiento del proceso seguido por las instituciones relacionadas con la gestión del agua desde el plebiscito de 2004 hasta el presente o constituyen una versión interesada en atribuir a las entidades de la sociedad civil, los grupos ambientalistas en particular, el fracaso de las instancias de participación social incluidas en la reforma constitucional.

La enmienda del Artículo 47 estableció que «Los usuarios y la sociedad civil, participarán en todas las instancias de planificación, gestión y control de recursos hídricos; estableciéndose las cuencas hidrográficas como unidades básicas». Entre 2012 y 2013 se crearon nueve Comisiones de Cuenca y Acuífero, bajo la órbita de los consejos regionales del Río Uruguay, el Río de la Plata y la Laguna Merim.

El fracaso de la institucionalidad prevista por la reforma del plebiscito, que Zurbriggen reconoce explícitamente, no radica en la actitud de las organizaciones sociales que se incorporaron a esas instancias, sino en que las mismas fueron vaciadas de contenido por sucesivas decisiones del Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo que les quitaron poder vinculante y desvirtuaron el sentido de la participación social (1).

El primer vaciamiento se produjo con la Ley de Política Nacional de Aguas promulgada en 2009 que redujo las Comisiones de Cuenca al rol de «asesoras» del Poder Ejecutivo. El ex-director de la Dinagua (Dirección Nacional de Aguas), Daniel González, admitió que no era coherente con el Artículo 47 pero que si no se hacía los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Economía amenazaron con boicotear la ley (2).

A las comisiones de cuenca se integraron decenas de organizaciones sociales para llevar sus propuestas y participar en las decisiones. Es una falsedad afirmar que esas entidades no están acostumbradas a la lógica del diálogo y la construcción, que solo demandan soluciones al Estado, como afirma la doctora Zurbriggen. ¿Acaso esa institucionalidad y esas comisiones no forman también parte del Estado?

Al cabo de cinco años, esas comisiones han sido totalmente ineficaces. Pero esto no es atribuible a las organizaciones sociales que las integran sino a que el régimen de una o dos reuniones anuales es claramente insuficiente, que las propuestas desde la sociedad civil no son tenidas en cuenta y que temas clave como la Ley de Riego o el Plan Nacional de Aguas no fueron tratados seriamente en esos ámbitos.

Al final de este proceso, las instituciones previstas por la reforma constitucional han sido completamente trastocadas por decisiones legislativas y decretos del Poder Ejecutivo que establecieron una «nueva institucionalidad» (3), constituida por la Secretaría Nacional de Ambiente, Agua y Cambio Climático (SAACC) y el Sistema Nacional Ambiental bajo la órbita de la Presidencia de la República.

En definitiva, las declaraciones de Zurbriggen justifican este proceso, atribuyendo la responsabilidad a las organizaciones sociales con argumentos conocidos. Son los invocados habitualmente por técnicos y burócratas «tomadores de decisiones» que no están dispuestos a una discusión real con la sociedad. La mentada participación se vuelve un discurso vacío porque se reservan siempre para sí la decisión final.

Notas

(1) Desmantelamiento de la reforma del agua (https://www.sudestada.com.uy/articleId__52074e5e-30c4-4ecf-a897-987a3a724c16/10893/Detalle-de-Noticia)
(2) Ibíd.
(3) Plan Nacional de Aguas, Decreto 205/2017 del 31/7/17.

1 Comentario

  1. Como dijera Putin frente a una posible guerra nuclear:
    «Nosotros seremos mártires, pero ellos estarán muertos»…
    Me pregunto que diferencias tan notorias existen entre este grupo humano de tecnócratas y quienes con creciente preocupación defendemos el art 47. Al parecer, no piensan que los efectos tremendos de la ley de riego lleguen a afectarles o a su círculo cercano en alguna medida…
    Acaso se «ha» tragado la pastilla la sociedad tecnocrática uruguaya, que realmente el rechazo es el reflejo de nuestra posición conservadora, retrógrada? Acaso no contempla que el resto de los uruguayos procuramos que en nuestro territorio, no se cometan los «errores y horrores» que otros han rechazado con sobrada argumentación y constancia de daños, en los países originarios de tan innovadoras propuestas?
    La estrategia de mantener la polarización de los ciudadanos al máximo, es un arma harto recurrida y básicamente la más eficaz en estos asuntos!
    Sería muy instructivo que nuestra ciudadanía fuera informada claramente desenmascarando las diversas estrategias que se utilizan en esta clase de instancia rayando a veces hasta una suerte de «bullying» disuasorio…

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