Criadero de esturiones con riesgo de cierre

Piletas para la cría los peces en Esturiones del Río Negro.

Industria de caviar puede ir a remate si no logra acuerdo para abatir el endeudamiento, cuyo principal factor es un canon que cobra UTE por usar el agua del Río Negro.

Víctor L. Bacchetta, en Sudestada 7/12/2020.

La empresa Esturiones del Río Negro (ERN), dedicada a la cría de esturiones a orillas del embalse de la represa de Baygorria, en el departamento de Durazno, se presentó a concurso voluntario de acreedores en el pasado mes de junio. Desde los años 1990, esta empresa fue la primera productora de caviar de esturión en el hemisferio sur y su producto, el Black River Caviar, es considerado uno de los de mejor calidad del mundo.

El proyecto original aspiraba a llegar a producir 10.000 kilogramos anuales de caviar, con una capacidad instalada para llegar hasta 15.000 kilogramos. La empresa generó importantes dividendos en la primera década de este siglo, pero luego comenzó a tener pérdidas financieras significativas que llevaron a la situación actual.

Fundada por uruguayos, ERN pasó en 2018 a manos de Black Water Investors LLC, un fondo de inversión estadounidense que adquirió el 70 por ciento de las acciones. De acuerdo con la Memoria Explicativa presentada por el presidente Matt Foster en el Juzgado de Concursos de 2do. Turno, las causas principales de la reducción de los ingresos obedecen a un conjunto de factores tanto externos como internos.

El factor externo más importante habría sido el aumento de la oferta de caviar en el mercado mundial, principalmente desde China, que triplicó sus exportaciones entre 2013 y 2017, lo que provocó una importante reducción de los precios. Del precio medio de 650 dólares por kilogramo (USD/kg) al que se vendía hasta entonces, el promedio cayó a 465 USD/kg en 2019 y a unos 200 USD/kg en 2020.

Entre los factores internos, una caída de la producción provocada por una demora en la maduración de los peces como consecuencia de la sustitución del esturión siberiano original por el ruso más valorizado, y el aumento de la mortalidad de los mismos. De producir más de 6.000 kilogramos (kg) de caviar en 2014, ERN pasó a menos de 1.500 kg en 2015, con una lenta recuperación en los años siguientes.

La mortalidad de los peces es atribuida al aumento de la temperatura del agua, mayor número de días por encima de 20° C, y la frecuencia y severidad de las floraciones de microalgas en el río y el embalse. Las cianobacterias reducen el oxígeno y producen toxinas con un efecto crónico sobre la salud de los peces, cuyo sistema inmunológico fue afectado también por una reducción de la calidad de las raciones.

ERN invirtió unos 600.000 dólares en la construcción de un sistema de circulación de agua subterránea con el fin de bajar la temperatura para los peces de mayor tamaño en los meses de calor y disminuir la mortalidad. El efecto fue contrario al esperado, la mortalidad aumentó, invirtieron 100.000 dólares adicionales, pero el problema no se solucionó y el sistema fue abandonado, según el informe de la empresa.

Por último, la crisis se agravó este año, en medio de la pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud, por la caída general de la demanda de los principales clientes de la empresa, restoranes, hoteles, cruceros y la industria turística en general. Las proyecciones de producción e ingresos cambiaron totalmente, la empresa entró en un endeudamiento creciente sin posibilidades de hacer frente a facturas y créditos impagos.

El canon cobrado por el agua

En la fecha de presentación a concurso de acreedores, las deudas de ERN ascendían a cerca de 5 millones de dólares (203.798.600 pesos uruguayos), de los cuales un 45% correspondía a préstamos de sus accionistas, 41% a créditos bancarios y un 13% a acreedores varios, por compra de insumos, gastos fijos y arrendamientos. De estos últimos, el 86% del total, 23:542.154 de pesos, corresponden a la UTE.

El 98% de la deuda de ERN con UTE lo constituye el cobro por el agua. Para utilizar las aguas del río, la empresa escogió un predio lindero del embalse de Baygorria, de propiedad de la empresa estatal. El sistema utiliza la fuerza de gravedad para hacer pasar el agua por las piletas donde están los esturiones. Toma el agua del embalse y la devuelve aguas abajo de la represa, aprovechando la diferencia de nivel.

UTE le cobra a ERN un arrendamiento por el área ocupada en su predio y le agregó un costo por el agua usada en el emprendimiento. El Código de Aguas le asignó al Poder Ejecutivo la decisión sobre los casos en que los permisos de uso del agua «podrán otorgarse con carácter gratuito, así como el canon o las contribuciones que deberán pagarse en otras situaciones». (Decreto Ley 14.859, Art. 167)

El Decreto 160/980, que reglamentó el uso de las aguas y álveos dominiales, otorgó a UTE «prioridad para el uso de las aguas de los embalses» para generación de energía frente a los otros usos posibles, excepto el suministro de agua potable a la población. Digamos al pasar que UTE solo perdió esa potestad para asegurarle el flujo mínimo a UPM, cumpliendo los compromisos del contrato firmado por el gobierno.

El hecho es que UTE decidió cobrarle a ERN «el valor de la energía no generada» por el agua que no pasa por la represa de Baygorria. Ni siquiera esto es así, el volumen de agua utilizado por ERN (dos metros cúbicos por segundo) no afecta la generación de la represa. Con el proyecto en alza, el canon no significaría mucho para ERN, pero al entrar en un declive, al ser un costo fijo, pasó a ser una sobrecarga fatal.

Fórmula del canon cobrado por UTE a ERN.

«El canon que se basaba en una compleja fórmula considerando el pasaje del agua, comenzó a representar cifras siderales, que la empresa no podía atender, generando una deuda que creció en forma exponencial», afirma el contador Jorge Baruj, síndico del concurso designado por el juez Álvaro González González, en el informe a la asamblea de acreedores.

Si no hay un convenio con los acreedores o no se produce una venta de la empresa, la alternativa es el remate público. Para el síndico, lo razonable sería llegar a un acuerdo, porque si no se llegara a un convenio con la UTE, que es el principal acreedor, ir a la liquidación implica la destrucción total del valor, la pérdida de 30 fuentes de trabajo y que ninguno de los acreedores recupere sus créditos, incluida la UTE.

Las características del emprendimiento reducen las alternativas, el principal activo de ERN son los peces vivos e instalaciones y equipos que no pueden ser trasladados a otros lugares. La otra empresa del ramo que existe en el país, Estuario del Plata S.A, que produce el Caviar Polanco, aguas arriba de San Gregorio, no se encuentra en esa situación. Al estar lejos de las represas, UTE no le puede cobrar canon.