El cártel de la lavandina

Derivados del cloro y la soda ofrecidos en el mercado nacional.

Efice SA bajó hasta un 60% los precios del cloro y el hipoclorito de sodio para grandes distribuidores, pero la rebaja no beneficia al consumidor. Es solo una estrategia para liquidar a la competencia.

Víctor L. Bacchetta (en Sudestada, 26/7/2018)

Durante más de 50 años, Efice SA fue la única industria elaboradora de cloro y soda cáustica en Uruguay que abasteció en forma exclusiva a OSE para la potabilización del agua destinada al consumo de la población. También suministraba a las empresas que distribuyen y venden los productos de higiene y limpieza derivados de esa industria utilizados habitualmente en los hogares y en diversas actividades.

Planta de Efice en el kilómetro 25 de la Ruta 1.

La importancia social de sus productos hizo que se la considere «industria estratégica» para el país y que desde el estado le otorgaran incentivos y apoyos en forma permanente. Sin embargo, el surgimiento de nuevas empresas en este sector ha puesto en evidencia que Efice venía haciendo un manejo abusivo de los precios y que, ahora, pretende mantener a cualquier costo esa posición de privilegio.

A Efice le apareció una fuerte competencia comercial y, en lugar de adaptarse a la realidad y procurar un nuevo equilibrio, busca recuperar su exclusividad. Esta lucha adopta distintas formas y estrategias tanto en los procedimientos de compra de OSE como en el mercado de derivados del cloro y la soda cáustica en donde Efice, en acuerdo con los mayores distribuidores, aplica un férreo control.

Disputa en compras de OSE

En 2017, OSE adjudicó una licitación internacional para la compra de 1.500 toneladas de cloro líquido a la empresa Habilis S.A que, aun importando el producto desde Estados Unidos, ofreció la tonelada del producto a 1.480 dólares. Era un 28% más barato que el precio que Efice le estaba cobrando a OSE hasta ese momento y puso en evidencia un manejo abusivo de la industria local.

Apelando a su larga trayectoria como proveedor, Efice presentó un recurso de nulidad contra esa adjudicación. Hubo pareceres contrarios a esta demanda por el Directorio de OSE y la Asesoría Jurídica del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, pero una decisión final de la Presidencia de la República la aceptó por el incumplimiento de algunas cláusulas del pliego de la licitación.

Los diez meses transcurridos entre la decisión de OSE adjudicando la licitación, el 8 de febrero de 2017, y la anulación del proceso, el 30 de noviembre, dieron fundamento a Habilis para iniciar una demanda contra el estado por daños y perjuicios, alegando que ya había comenzado la importación de cloro y realizado otras inversiones con el fin de cumplir las entregas del producto requeridas en el contrato.

Para paliar la anulación de la licitación, OSE realizó en los meses siguientes una serie de llamados para adquirir cloro por Compra Directa, un procedimiento más expeditivo que la licitación, justificado por la necesidad urgente del producto. Fue entonces que Habilis y Efice se presentaron a estos llamados y se entabló una verdadera batalla por el menor precio, pero siguieron gravitando también factores administrativos.

La primera de esas compras, en diciembre de 2017, la ganó Habilis con el precio de 1.700 USD la tonelada de cloro, contra los 2.050 USD que propuso Efice. La compra en enero de 2018 volvió a ganarla Habilis con la oferta de 1.650 USD. Las compras siguientes, en febrero y marzo, las ganó Efice tomando el precio de 1.650 USD, pero la compra de abril volvió a ganarla Habilis rebajando su oferta a 1.450 USD.

En mayo se registraron dos cambios sustanciales en este proceso. Por un lado, Efice bajó drásticamente el precio a 1.260 USD, primero, y a 897 USD, después, venciendo las propuestas de Habilis. Al mismo tiempo, más allá de la disputa por el menor precio, OSE invalidó la oferta de Habilis en el entendido que presentaba «apartamientos sustanciales respecto a las condiciones que rigen el Pliego Particular».

Por una y otra vía, Habilis quedó afuera de la contienda. «Que Efice haya bajado un 60% del precio inicial lo interpretamos como un mensaje diciendo ‘no sigan porque vamos a seguir bajando'», explicó a Sudestada el Director Comercial de Habilis, Sebastián Murillo. «Claro, no vamos a vender al costo. Nadie se mete en un negocio de uno o dos millones de dólares para no ganar nada», agregó.

Murillo aseguró que en OSE han reconocido algunos errores en los llamados, pero la situación no ha mejorado. «En cada nueva licitación agregan una condición que uno no cumple, pero no lo damos por cerrado. Hoy en día estamos procurando comercializar cloro en otros países de la región también, es parte de nuestra estrategia. Así que descartarlo por completo, para nada», afirmó el directivo de Habilis.

Se trata de dos empresas diferentes, una industria nacional y una importadora que trae el cloro del exterior. Razones de soberanía y seguridad en el abastecimiento de un producto estratégico justifican las exigencias del estado, pero éstas deben ser establecidas de antemano. Si se alteran continuamente, no evidencian que sea una política y exponen al estado a juicios debido al cambio de las reglas.

Habilis apareció al percibir la posibilidad de competir con los precios del cloro que cobraba Efice y esto puso en evidencia una situación que, hasta entonces, pasaba desapercibida. Los precios cobrados por Efice a OSE no se correspondían con las declaraciones de sus directivos cuando aseguraron que estaban en el mismo nivel de lo que pagaría Uruguay si tuviera que importar esos productos.

El cártel de la lavandina

Planta de Alliance en el Parque Industrial de Pando.

En el mercado nacional de artículos de higiene y limpieza derivados del cloro y la soda cáustica surgió, casi simultáneamente, una situación similar a la aparición de Habilis en las compras del Estado. Pero no es igual, porque se trata de la instalación de una planta industrial en suelo uruguayo, con capacidad de elaborar los mismos productos básicos de Efice y con una tecnología cualitativamente superior.

Mientras la planta de Alliance utiliza electrolizadores de membrana, que realizan la separación del cloro y la soda cáustica sin componentes ni residuos tóxicos, Efice continúa usando celdas con cátodos de mercurio, una tecnología que por sus riesgos de contaminación y los graves accidentes registrados ha sido declarada terminal a nivel internacional, con fecha máxima en 1925 para ser desactivada.

El hecho es que la electrolisis de membrana permite también producir con menores costos y la aparición de Alliance puso en cuestión no solo un problema tecnológico ambiental sino también el dominio comercial de Efice en el mercado interno. En otro contexto, la reacción de Efice no ha sido diferente a la de las licitaciones de OSE y desencadenó una lucha de vida o muerte con la competencia.

En este caso, Efice define los precios del mercado por medio de un «pool» o grupo de grandes distribuidores, constituido por Electroquímica, Clorox Uruguay e Inur, una suerte de «cártel de la lavandina» por ejecutar prácticas comerciales concertadas y abusivas propias de esa categoría con el objetivo de reducir o eliminar la competencia, en perjuicio de los consumidores.

Para impedir la entrada de Alliance, Efice se ha visto obligada a reducir drásticamente los precios a los grandes distribuidores al igual como lo hace con las licitaciones de OSE. Pero estas reducciones no se reflejan en los precios de venta al consumidor final de lavandina (Agua Jane, etc.) y otros productos similares, porque el objetivo no es un nuevo equilibrio de los precios, sino eliminar al adversario.

Reducir los precios a los grandes distribuidores y no modificar en correspondencia los precios al consumo minorista es una manera de asegurar la fidelidad de los miembros del cártel. En efecto, mientras dure la batalla comercial con Alliance, las ganancias de esos grandes distribuidores se verán acrecentadas y, si el desenlace es favorable a Efice, el cártel mantendrá los antiguos precios sin sobresaltos.

Para que esta estrategia logre su objetivo es necesario que los grandes distribuidores no compitan entre sí, pues podrían bajar los precios al ser menores sus costos, y que mantengan inalterado el reparto de sus clientes en el mercado. Esto requiere que no solo Efice imponga sus condiciones, sino que los integrantes del «pool» las acepten, configurando la concertación entre empresas que define el cártel.

Esta estrategia se completa con la debida presión sobre el comercio minorista para que no abandone a sus distribuidores tradicionales, so pena de perder la posibilidad de trabajar con esos productos en el futuro, ya que se asegura insistentemente que la competencia no podrá sostenerse y desparecerá del mercado.

En Uruguay, la Ley N° 18.159 de Promoción y Defensa de la Competencia establece en su artículo 1° que «es de orden público y tiene por objeto fomentar el bienestar de los actuales y futuros consumidores y usuarios, a través de la promoción y defensa de la competencia, el estímulo a la eficiencia económica y la libertad e igualdad de condiciones de acceso de empresas y productos a los mercados».

Esta ley se rige por los principios de la libre competencia, contrarios a las prácticas comerciales abusivas y en su artículo 2 postula que «se prohíbe el abuso de posición dominante, así como todas las prácticas, conductas o recomendaciones, individuales o concertadas, que tengan por efecto u objeto, restringir, limitar, obstaculizar, distorsionar o impedir la competencia actual o futura en el mercado relevante.»

Si Habilis y Alliance desistieran de competir, Efice volverá a sus antiguos precios. La Ley N° 18.159 creó la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia con el fin de investigar y sancionar las prácticas prohibidas. ¿Actuará esa comisión?