El debate parlamentario para analizar la situación de la potabilización del agua visibilizó los problemas pero concluyó ratificando los lineamientos en curso.
Víctor L. Bacchetta, en Sudestada 23/5/2019
El Parlamento está facultado por el Artículo 119 de la Constitución para citar a sala a los ministros con el fin de «pedirles y recibir los informes que estime convenientes, ya sea con fines legislativos, de inspección o de fiscalización». En tiempos de mayorías absolutas, sin embargo, las interpelaciones se vuelven un «diálogo de sordos» donde las exposiciones no se cruzan y las discusiones no tienen consecuencias.
Este fue el caso una vez más de la interpelación del 9 de mayo último, realizada por el diputado Germán Cardoso, del Partido Colorado de Maldonado, a la ministra de medio ambiente, Eneida De León, y el presidente de OSE, Milton Machado. El motivo del llamado a sala fue la gestión de los recursos hídricos, el consumo de agua y el proceso de potabilización.
El diputado Cardoso realizó graves acusaciones a la gestión de OSE, que declaró no poder definir si se trataba de «incompetencia o corrupción», y el presidente del ente estatal las rechazó enfáticamente. Pero los discursos no dialogan entre sí, no refutan en concreto al otro y, de esta manera, no es posible establecer cuál de los dos tiene razón o está equivocado y el trámite parlamentario resulta ineficaz.
En esta interpelación tuvieron lugar destacado tres temas analizados con anterioridad en Sudestada: las ventas de la empresa Efice S.A. que abastece a OSE de productos químicos básicos a precios muy por encima del costo; ciertos procedimientos en las compras de OSE que han beneficiado a esa misma empresa y las medidas tomadas por el organismo para eliminar la dependencia de un único proveedor.
El diputado Cardoso le pidió explicaciones a Machado sobre el hecho de que Efice le vende cloro líquido a OSE a dos mil dólares estadounidenses la tonelada, mientras que lo está exportando a Brasil a 66 dólares la tonelada. El legislador dijo sentirse estafado como consumidor frente al hecho de que el costo de los insumos de la potabilización del agua son incorporados a la tarifa cobrada por OSE.
El presidente del organismo respondió que la explicación sobre el precio debe pedirse a la empresa, porque OSE no puede hacer nada si en el país existe un solo proveedor de ese producto. El interpelante preguntó entonces si OSE no podía importar el cloro desde otros país, a lo que Machado respondió que no es posible por ser un elemento peligroso, negando incluso que se pudiera traer de Brasil o Argentina.
Efice, las reglas del monopolio
Por décadas el único productor de cloro y soda en el país, Efice reafirmaba que sus precios reflejaban los costos. «Nuestro precio es el del producto brasileño o argentino puesto en Uruguay», declaraba Néstor Gómez Alcorta, propietario de la firma. Al ser considerada una empresa nacional estratégica, por el valor de sus productos para la higiene general, Efice siempre contó con apoyo y beneficios del Estado.
En 2017, la aparición de una firma importadora, Habilis S.A., en las compras de OSE evidenció que le estaban cobrando precios abusivos. Pero Efice recurrió a sus apoyos en el Estado para anular una licitación adjudicada a Habilis y luego bajó el precio al nivel en que la importación no es viable. Esto solo lo hizo para eliminar a Habilis y, cuando no tuvo más competencia, volvió a aplicar los precios inflados.
En 2018, se instaló una nueva fábrica de cloro-soda en el país, Alliance Uruguay S.A., que volvió a desafiar el monopolio de Efice, ahora no solo en los precios sino también en lo ambiental al usar una tecnología libre de mercurio. Efice recurrió igualmente a sus apoyos en el Estado y al ‘pool’ de grandes distribuidores bajo su control para bloquear el acceso de Alliance a las compras de OSE y al mercado interno.
La experiencia realizada por Habilis y las propias exportaciones de cloro de Efice a Brasil desmienten la afirmación de Machado de que OSE no podría importar cloro a un precio menor del que ha estado pagando hasta ahora. Tampoco es admisible que el Estado uruguayo no pueda exigirle a Efice precios acordes con sus costos y que no cuente con medios administrativos para hacer valer el interés general.
Este año, los llamados fictos para legalizar compras de soda revelaron la connivencia del ente con Efice. Machado alegó que las compras directas no pasan por el Directorio y señaló que fue éste quien inició el sumario, pero lo hizo luego de trascender el caso. La gerencia general de OSE no puede ignorar llamados a compras por más de millón de dólares que ya habían sido adjudicadas y entregadas por Efice.
El sumario fue iniciado en la sub-gerencia de Suministros, desde donde se hacen los llamados para las compras, pero esta es la última etapa del proceso de adquisición de los productos químicos para la potabilización, las mayores compras del organismo. Habitualmente, las órdenes de compra provienen de la usina de Aguas Corrientes y pasan por la sub-gerencia Técnica antes de llegar a Suministros.
Sin desarrollo de alternativas
Otro aspecto clave de esta situación planteada en el Parlamento fue el siguiente ¿por qué OSE no ha procurado alternativas, que existen, para liberarse de la dependencia de un solo proveedor que le impone condiciones lesivas? Y además, ¿por qué no ha buscado sustituir productos como el cloro, con los riesgos de su manipulación, por otros productos y métodos, que también existen y no son peligrosos?
Cardoso se refirió a la licitación convocada por OSE en 2012 para la instalación de una planta propia de cloro-soda, con la finalidad de eliminar dependencias y riesgos, así como reducir costos. Esta licitación fue anulada alegando que el precio de la única oferta presentada excedía la disponibilidad económica del organismo y Machado volvió a justificarlo diciendo que el costo era «más del doble» (sic) del previsto.
El diputado interpelante refutó este argumento citando al vicepresidente de OSE en aquel momento, Daoiz Uriarte, quien dijo que OSE disponía de 10 millones de dólares para esa planta y que el precio final del proponente era de 7,5 millones. Cardoso hizo también un cálculo de cuánto habría ahorrado OSE en estos siete años y llegó a la conclusión de que habría recuperado el doble del costo de la planta propia.
En cuanto al uso de otros productos, el presidente de OSE destacó la instalación de una planta propia de dióxido de cloro, un antimicrobiano utilizado en el tratamiento de aguas. Desde 2015, OSE comenzó a adquirir una solución (Purate) que junto con el ácido sulfúrico produce dióxido de cloro. Sin embargo, los registros de compras del organismo no muestran que esto haya reducido las compras de cloro.
Otro producto de posible uso es el hipoclorito de sodio que, además de eliminar los riesgos del cloro, traería un ahorro en el gasto de cloro y soda. Según algunos cálculos técnicos, la sustitución de cloro licuado por hipoclorito permitiría reducir el gasto de OSE en unos dos millones de dólares anuales, abastecido incluso a los actuales precios de Efice, pero el ente no muestra interés en esta alternativa.
La previsible conclusión de la interpelación fue:
«Considerando el detallado informe sobre política de aguas y acciones desarrolladas en este marco que brindó la señora ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, junto a su equipo y el presidente de OSE, Milton Machado, … la Cámara de Representantes considera satisfactorias las explicaciones brindadas», 50 votos en 85 legisladores presentes: afirmativo.
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