El ente adquiere cada vez cantidades mayores de productos químicos al margen del mecanismo de las licitaciones. En 2018 fueron 66 compras de soda caústica.
Víctor L. Bacchetta (en Sudestada, 25/2/2019)
Mientras el Uruguay no sale del asombro provocado este verano por la proliferación de cianobacterias en las aguas del sur del país y el costo de la potabilización del agua es cada vez mayor como resultado del mismo fenómeno, entre las industrias que pueden suministrar los productos químicos que OSE necesita se viene librando una guerra sin cuartel en donde la intervención del ente estatal no ha sido neutral.
El caso más notorio es el del cloro y la soda cáustica, dos artículos esenciales para el agua potable y los artículos de limpieza. Efice S.A. ha sido por casi 60 años el único fabricante y estableció las reglas de los precios de estos productos. Al surgir en años recientes empresas que compiten en precio y calidad de los productos, Efice desató una guerra a muerte con sus rivales para mantener su exclusividad.
Esta guerra se desarrolla en dos frentes, la empresa estatal a cargo de potabilizar el agua y el comercio privado de venta de los derivados del cloro y la soda cáustica. La aparición de una competencia tuvo un primer efecto positivo evidenciando prácticas monopólicas de Efice al imponer precios por encima del costo real y una ganancia razonable, pero esto no alteró sustancialmente la situación imperante.
OSE realiza sus compras mediante dos procedimientos básicos, Licitaciones Públicas para la adquisición de grandes volúmenes de sus insumos y Compras Directas de los mismos insumos, en pequeñas cantidades y con un límite del gasto, para atender necesidades urgentes. Cumpliendo la calidad del producto exigida por OSE, la adjudicación de la compra debía recaer en la oferta de menor precio.
Hasta 2017, la sección 9.1 a) de las licitaciones exigía «experiencia como proveedor principal en por lo menos 2 (dos) contratos en los últimos 10 (diez) años anteriores a la fecha de apertura de la licitación, cada uno por un valor mayor o igual a USD 500.000 (quinientos mil dólares estadounidenses)». Solo Efice podía cumplir este requisito y lo aplicó a rajatabla cuando surgió un competidor con un precio menor.
Ese año la firma Habilis S.A. ganó una licitación por 1.500 toneladas de cloro líquido donde ofreció, aun trayéndolo de Estados Unidos, un precio 28,43% menor que el de Efice. La productora nacional recurrió el fallo y obtuvo finalmente la anulación por una decisión del Poder Ejecutivo, pero después OSE modificó ese requisito en los pliegos de las licitaciones y habilitó la participación de otras empresas.
La modificación consistió en reducir a 5 (cinco) años los requisitos de antecedentes del oferente y el fabricante, y en agregar una cláusula por la cual los que no cumplan esos requisitos, en caso de ganar, deben constituir «una garantía de fiel cumplimiento de contrato» por el doble del valor. De esta manera, la diferencia es para darle un mayor seguro al ente de que el nuevo oferente cumplirá sus obligaciones.
Concentrada la competencia en los precios, Efice se impuso aplicando reducciones drásticas, pero esto solo es una estrategia para mantenerse como único proveedor y luego recuperarse. Tras haber desplazado a Habilis ofreciendo la tonelada de cloro a 800 dólares estadounidenses, Efice fue el único oferente en las últimas adquisiciones de OSE cotizando la tonelada del gas a 1.650 y 2.150 dólares.
La misma estrategia persigue Efice con la empresa Alliance Uruguay, que comenzó en 2018 a producir hipoclorito de sodio y soda cáustica en una planta con capacidad para abastecer la demanda del país a menores precios y sin mercurio en los productos. Para ganarle a Alliance en la cotización de las dos últimas licitaciones de hipoclorito de ese año, Efice bajo de su precio de 12 pesos a apenas 1,50 pesos.
A esta situación donde se vulneran las reglas de la libre competencia se agrega una serie de irregularidades en las compras de OSE que favorecen en forma flagrante a Efice. El ente ha abandonado prácticamente el procedimiento de las licitaciones para las adquisiciones mayores de soda cáustica, sustituyéndolo por compras directas cuando este instrumento solo es aplicable a cantidades menores.
Mediante compras directas, OSE adquirió en 2018 de Efice 3.689.000 litros de soda cáustica por un valor superior a 2.200.000 dólares. Para alcanzar esas cifras tuvo que realizar 66 (sesenta y seis) compras directas de una media de 56.000 litros por 34.000 dólares cada una. Simultáneamente, las licitaciones fueron dejadas sin efecto o figuran no anuladas ni adjudicadas en el portal de compras del estado (ACCE).
Solo el 28 y 29 de enero último, OSE realizó 37 (treinta y siete) llamados de compras directas, a las que se presentó solo Efice, por 1.850.000 litros de soda cáustica y un valor de 1.110.000 dólares. Todas esas compras fueron observadas por la Delegada del Tribunal de Cuentas por «fraccionamiento del gasto y error de procedimiento»(sic), pero fueron igualmente reiteradas por la Subgerencia de Suministros.
Siete días después, OSE realizó 11 (once) llamados adicionales de compras directas de soda cáustica líquida, a los que se presentaron Efice y Alliance. La primera cotizó el litro a 39 centavos de dólar, un 35% más bajo de lo que venía cobrándole al ente en las compras anteriores, mientras que la segunda lo cotizó a 50 centavos de dólar. En estas condiciones ganará Efice, pero aún no se conoce la decisión.
En este proceso, parece haber casualmente una coordinación perfecta entre OSE y Efice por la cual la empresa mantiene el monopolio casi exclusivo de las compras del ente. Cuando se realizan esas convocatorias en cadena de compras directas, Efice parece saber cuándo será el único ofertante, para cotizar sus precios mayores, y cuando habrá competencia, para aplicar su estrategia de «dumping», es decir la práctica comercial que consiste en vender un producto por debajo de su precio normal, o incluso por debajo de su coste de producción.
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